EL CASTOR. PUNTUACIÓN: 6
Se trata de una extraña y arriesgada película que ha dirigido la también actriz Jodie Foster. Foster ha hecho una reflexión sobre la depresión, la soledad, el dolor inherente a la vida y una película sobre una familia rota.
Y lo ha hecho a modo de fábula; la fábula de un hombre de mediana edad casado y con dos hijos; profundamente deprimido que deja a su familia y cuando intenta suicidarse descubre una marioneta de un castor y empieza a hablar con ella y la utiliza como terapia y voz de su conciencia. Foster parece reivindicar lo raro y diferente en un mundo dormido, el poder curativo de la locura y lo extraño hasta que se convierten en habitual. Una película que deja claro que la vida no es un camino de rosas y que la siniestra sombra del dolor y la depresión pueden aparecer en cualquier momento.
El problema es que el film no saca todo el partido de esta premisa y es menos original y atrevido de lo que le gustaría a su directora. Foster prefiere moverse por el melodrama familiar que no por la comedia negra y surrealista o el drama psicológico. Además lo hace a través de una puesta en escena demasiado aséptica y convencional y la historia en varios momentos deja frío e indiferente.
Eso sí el reparto cumple a la perfección con un Mel Gibson creíble y esforzado que compone una de sus mejores interpretaciones, entre otras cosa porque parece identificarse con su personaje.
Es de alabar que Foster consiga que una propuesta con un punto de partida tan absurdo y delirante se mantenga siempre en pie, sin caer en el ridículo y aunque tenía muchas y mejores posibilidades, es un film que se deja ver bien.
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